Thursday, October 05, 2006

 

palabra de la semana: asustaviejas


Un nuevo concepto -desconocido para mí- salta la palestra mediática: los "asustaviejas".

Parece ser que dentro de la categoría de "Cosas que pasan en España y fuera de España no", se está poniendo de moda que los ropietarios de casas de renta antigua, asusten a los inquilinos contratando a rumanos o gipsys -o incluso rumanos gypsis- que les hagan la vida imposible.

El tema me parece fascinante.

El otro día salió en la tele -reportaje de investigación- un señor que vivía en el centro de Sevilla y pagaba dos mil pelas al mes desde el 72. Pues claro que sí. Si el tío lo firmó, suyo es.

Y parece que el dueño de la casa ha contratado a una cuadrilla para que le tiren tomates podridos y todo eso.

Lo bueno que tiene esto es que se abre un horizonte profesional con unas posibilidades ilimitadas en un país de truhanes como éste, que es el de crear empresas especializadas en "asustaviejas". Yo por ejemplo, montaría una especializada en "psicofonías". No sé si recordáis la que se lió en su día con las psicofonías del Palacio de Linares . Joder. Aquello me marcó. Recuerdo que con la revista Tiempo regalaron una cinta que debe estar por casa -seguro, eso yo no lo tiro ni de coña- que lo ponías en el casette y con suerte se te cargaba el Arkanoid en el Spectrum. Qué mítico.

Imagínate que tep lantas en casa de la vieja con unos casettes y psicofonías a tutiplén. Iba a durar la señora dos noches.

Así que nace una nueva profesión. Podemos ser auténticos pioneros en el asunto.

Comments:
Llegas tarde. Lo de las asustaviejas tiene una tradición de unos cuantos años ¡y lo de las psicofonías ya lo han hecho! Lo escuché en la radio, ahora no recuerdo en qué ciudad ocurrió: viejos pisos encantados (sonidos, chirridos, lamentos fantasmagóricos) en los que descubrieron micros colocados por un promotor.

Jobá, si uno de los casos más famosos de este tipo ocurrió en Algorta. Te sonará: un propietario alquiló su media mansión a la familia gitana más conflictiva del hemisferio norte por un euro al mes, para conseguir que el otro propietario se desesperara y acabara vendiendo su mitad del edificio. El que hizo la jugada decía a los periodistas que él lo hacía de buen corazón, para echar una mano a aquella familia y que tuviera una vivienda digna.
 
Es verdad, Ander, se me había olvidado el de Algorta...mecagoenlalaeche, me ha fallado el becario de documentación...

Mítico lo del promotor.
 
Cuando quiera, sr. Ranedo, le cuento mi experiencia familiar al respecto, dado que mi sra. madre y mi tío comparten la propiedad de un piso en Madrid y mi sra. madre quería que mi tío (que vive allí) se fuera o le pagara un alquiler, mi sra. madre tuvo la excelente idea de enviar a mi sr. hermano de okupa. Le digo yo que le damos el material que tengo recogido de esa convivencia al sr. Gullón y estamos recogiendo un goya el año que viene como hay Dios.
 
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