Qué mal llevo la caída de los ídolos del pueblo. Mi inocencia me permite creer que sean capaces de engañar a tanta gente, que lleguen a casa con el trofeo del Tour o después de haber sido recibidos por la Reina y por el ínclito Lissavetzky y mirarse al espejo y pensar "otro día que no se han dado cuenta".Menos mal que no soy gran fan ni del uno ni de la otra, aunque reconozco que tenían toda mi admiración y respeto. En fin, a ver cómo acaba esto, que lo mismo son los dos inocentes y tenemos que pedir disculpas, pero algo huele a podrido en Dinamarca.
Por lo demás, todo en orden. He vuelto a estar ausente por aquí más de lo que me gustaría porque no paro quieto.
En un alarde de folla sin precedentes, logramos viajar a Bilbao en avión en "el puente de los controladores", un nombre mucho más mediático que el de la Constitución o la Inmaculada, que lo dice uno sin pensarlo. De esto que sacas los billetes para volar el domingo, llamas a Iberia para adelantarlos porque le cambian la guardia a tu mujer, pero como te cobran la intemerata por las tasas o yo qué sé qué, piensas que da igual, y acabas volando el día previsto como si no hubiera pasado nada. Y madre mía la que se montó.
El tema controladores es muy de este blog, y César Cobo -lo más cercano a Jude Law que tenemos por aquí-, muy mal lo tiene que hacer para no sacar provecho a su elegancia verbal, a ese sacar de quicio al personal y caerle bien a la vez a la gente que tanto valoramos en este país.
Pero vamos, lo que está claro, es que si nos fallan los ídolos y nos vacilan los controladores, es momento para darse cuenta de que debemos tirar de nosotros mismos porque ya no te puedes fiar ni de Rodríguez Menéndez.
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ReplyDeletenike air shoes are much more prettier than reebok imo
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