Thursday, June 23, 2011

 

magnum


Saben ustedes que estoy en pleno proceso de adelgazamiento -sigo sorprendido con los resultados, en unos días les sorprenderé con el peso con el que afronto el verano-, pero espero con cierta desilusión la ausencia del helado industrial de la temporada, que una cosa no quita la otra, aunque debería.

El caso es que tenía puestas bastantes esperanzas en el Magnum de este año. Claramente, es el helado de consumo accesible que marca las diferencias, no nos hagamos trampas al solitario, que diría mi jefe.

El año pasado nos quisieron sorprender -iba a poner sorprendieron, pero es importante el matiz- con el Magnum Gold, parapetado detrás de una importante campaña publicitaria. Y sí, reconozco que el primer Magnum Gold que me clavé me pudo sorprender. Creo que escribí al respecto -quizás fue un simple twit, times are changing..-, y recuerdo ese primer Gold como sorprendente, incluso quise ver en él algún sabor que me conquistó.

Así que este año lo hemos incorporado al staff de postres veraniegos, pero creo que no va a pasar de dieciseisavos de final. Se me está haciendo un poco repetitivo tanto oro batucado caramelizado.

Yo estaba esperando el nuevo Magnum, con chocolate por fuera de varios kilates y con alguna sorpresa interna novedosa. Pero o ando yo despistado frente al lineal, o no doy con ello.

Menos mal que mantienen los clásicos, sí que volveremos a la santísima trinidad del almendrado, chocolate blanco o el classic, el Wimbledon de los helados.

Wednesday, June 01, 2011

 

despedida de casados


Una vez superada la artificialidad de Cannes, el siguiente destino de este mayo viajero ha sido el costumbrismo de Gijón.

A Gijón le tengo un cariño especial, no sé muy bien por qué, pero es una ciudad que me encanta. Siempre recuerdo un torneo que jugué allí, en el Colegio La Inmaculada, cuando tenía 10 años o así y esas cosas siempre se recuerdan con buen rollo.

Total que el finde pasado se casaba mi amigo Sito y decidimos ir a darle una sorpresa pre-boda.

La primera parada fue en Cover, una zapatería modernuqui que ha abierto el susodicho con su mujer. Si estáis por la zona, pasaros y echad un vistazo porque mola mucho. Zapatillas fardonas, y además, colonias, gafas, y demás elementos pijeros de calidad suprema.

Total, que aparecimos Rubén, Carletto, Javi y yo en plan sorpresa en el escaparate y como no estamos para muchos trotes, le sometimos a un secuestro light e hicimos lo más parecido a una despedida de casados y nos fuimos a cenar como señores a una sidrería que se llama Chaflán, creo recordar, donde comimos como si se fuera a acabar el mundo y al tema sidra le pegamos intentando poner nuestra parte de encanto.

Como sé que voy a volver a este sitio.

Total que entre una cosa y otra, pasó la semana y acabamos en Canarias, de donde procede la novia y donde era la boda, cerrando así la conexión Gijón-Madrid-Canarias #ojoconeso. De Canarias no tenía muchas referencias, y me ha dejado buen sabor de boca a papa frita.

Tiene todo un rollo habanero que ya me esperaba, y en la boda lo pasamos genial, y eso que empezaba justo a la hora de la final de la Champions.

Sé por experiencia propia que buscar fecha para una boda nunca es fácil, se lo dice uno que se casó el día que Rodolfo Chiquilicuatre actuaba en Eurovisión.

Pues nada, que tras esa extraña conexión Cannes-Gijón-Tenerife volvemos a la bendita rutina.







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