Tuesday, December 28, 2010

 

adiós, shackleton


Queridos lectores: hoy es mi último día de trabajo después de un montón de años en el mismo sitio y estoy pelín sensible.

Saben los que me siguen desde hace tiempo que no suelo hablar mucho de trabajo, quizás alguna vez de manera colateral, porque los posts los carga el diablo y nunca se sabe quien lee esto y a quién conoce quien esto lee.

Pero vamos, llegado este punto, hoy, 30 de diciembre de 2010, puedo anunciar en este sencillo post que pongo punto y final a 10 años trabajando en el mundo de la publicidad (de la propaganda, que diría el bueno de Timoteo). Los 4 primeros fueron en la etapa pre-blogosfera y apenas hay constancia, y estos 6 han coincidido de lleno con la publicación de este blog, así que si miran en el archivo y leen entre líneas, se darán cuenta de que 6 años son muchos.

La publicidad es un trabajo precioso y sumamente adictivo, y cuando tienes la suerte de caer en una de las mejores agencias que han surgido en este país en los últimos años, la decisión de entregar la baja voluntaria, con la que está cayendo, no es nada fácil, se lo puedo asegurar.

Cuando llegué a la agencia no eran más de 20 y ahora éramos -son- más de 150, así que he visto crecer exponencialmente a una agencia como crece una agencia, a base de curro y de talento, de contratar a los mejores y de más curro y más talento.Por mi parte, se hizo lo que se pudo, aunque alguna vez pudo parecer que no.

En estos 6 años, el anecdotario es extenso, como se pueden ustedes imaginar. He hecho prácticamente de todo, incluso hacer creer que uno sabe de algo, que es lo más difícil. Me han pedido opinión sobre biodiversidad, gasóleo calefacción, tabaco y seguros, por ejemplo. Y con el tiempo me he ido dado cuenta de que nadie sabe nada de nada, me atrevería a asegurar que a ambos lados de la mesa, lo que te acaba dando muchísima tranquilidad y confianza para hacer bien tu trabajo. No sé si me entienden, pero yo sí.

Eso sí, a mí lo que de verdad me mola de haber trabajado en esta agencia es que he hecho 10 ó 12 amigos de los que uno invita a su boda -de hecho, les invité, y alguno hasta vino-, de gente a la que seguiré viendo seguro.

En el apartado clientes, y dada mi orientación servicial y clientista, puede que compre El Mundo algún sábado y que incluso me abone a Orbyt (Rodrigo, enciende la máquina, esto debe aparecer como mención en el boletín diario ;-), seguiré haciendo la compra en carrefour.es, no creo que pruebe un tabaco de próxima aparición en Ucrania (los caminos de la publicidad son inescrutables, amigos), y tengo la absoluta certeza de que no repostaré en Cepsa ni en la peor de mis pesadillas. Para el apartado "Famosos en acción", fui co-piloto de Carlos Sainz en un Bentley del Rey #ojoconeso, viajé en un avión privado a ver el España-Ucrania del mundial de Alemania (lo de los ucranianos lo he pagado unos años después, como ya adelantaba...) y estuve a medio metro del culo de Eva Mendes y a un metro de las tetas de Scarlett Johansson, que no es tontería.

Así que espero haber cumplido con lo que pedía Sir Ernest Shackleton en su anuncio, y si no, siempre me queda el consuelo de parafrasear a mi madre con su ya célebre "no te ha ido tan mal con esa carrera de chichinabo que estudiaste".

Ahora vuelvo al mundo del cine, a intentar recuperar parte de la pasta que me he dejado en todos estos años y en provocar que la gente -ustedes- se enteren de que se estrena una peli y de que incluso, en el mejor de los casos, vayan a verla. Es lo que siempre me ha molado y espero disfrutarlo al máximo, que ya tocaba.

Así que espero que este blog gane un poquito de glamour, que falta le hace, y a partir del día 5, si son tan amables y aunque sólo sea por pagar la suscripción anual en especie de éste su blog, acudan en masa a los cines con familiares y amigos a ver "No controles", de Borja Cobeaga. Se van a descojonar de risa con el fenómeno de Juancarlitros, eso se lo aseguro yo.

Pues eso, que lo que llevamos de 2011, promete!

Wednesday, December 22, 2010

 

ponga a charly en su mesa

No es por llevar la contraria, pero a mí me molan las navidades.

Me dan buen rollo y es la única fecha del año en la que veo a gran parte de mi familia, que no es que vivamos muy lejos, pero entre una cosa y otra, no nos vemos lo deseable.

Toda mi vida he cenado en Navidad en Santo Domingo de la Calzada, el pueblo de mi madre, donde el año pasado, sin ir más lejos, nos pudimos juntar 30 personas de 4 generaciones, incluyendo al primo Alberto que vino desde Melbourne, a mi abuela con sus 92 y mi hija que tenía 5 meses.Personas, años, meses, la vida, vamos.

Todo bien, pim pan, espumillón, mazapanes de Soto de hace años que saben igual, un poco lo de siempre y a otra cosa.

Funde a negro y este año, empezó la rumorología a finales de noviembre de que a mi mujer le tocaba hacer guardia en Nochebuena. Este tema sería un gran post por sí solo, porque no lo he investigado lo suficiente, pero el tráfico de compra-venta de guardias en estas fechas en el Ramon y Cajal está a niveles de wikileaks. Una compañera de mi mujer creo que lleva 7 años sin ir a casa de los suegros a cuenta de trapicheos varios... #ojoconeso.

Total, que la posibilidad de desplazarme sólo con la baby hasta La Rioja no era muy de mi agrado, así que con cierto bajonazo, he tomado la decisión de quedarme sólo en casa con la pequeña Aitana viendo a José Mota tan a gusto.

Reconozco que, preocupado por las habladurías -recuerden que soy un tipo sensible-, al principio me daba palo reconocer este hecho;incluso he tenido un par de ofrecimientos cercanos que se agradecen sobremanera, pero según van pasando los días y se acerca el 24, empiezo a notar en algunos allegados sensaciones de que estoy ante sus nochebuenas soñadas.

Ayer, sin ir más lejos, me llegaron a ofrecer una cantidad simbólica de dinero por cuidar a mi hija -el famoso canguro a la inversa- con la condición de que yo fuera a pasar la Nochebuena con su familia, asegurándome incluso que tendría contenidos para este blog mínimo hasta octubre del 2011.

Así que quieren que les diga. Que me hubiera molado más cenar con la familia y escuchar a mi tío Pedro cantar la canción del sultán, pues sí.

Que me voy a ver un par de pelis y esto pareceré el 21 de marzo. Pues también.

Feliz navidad y acuérdense de mí, anda, que la Navidad no era esto.





Wednesday, December 15, 2010

 

no se puede uno fiar de nadie

Qué mal llevo la caída de los ídolos del pueblo. Mi inocencia me permite creer que sean capaces de engañar a tanta gente, que lleguen a casa con el trofeo del Tour o después de haber sido recibidos por la Reina y por el ínclito Lissavetzky y mirarse al espejo y pensar "otro día que no se han dado cuenta".
Menos mal que no soy gran fan ni del uno ni de la otra, aunque reconozco que tenían toda mi admiración y respeto. En fin, a ver cómo acaba esto, que lo mismo son los dos inocentes y tenemos que pedir disculpas, pero algo huele a podrido en Dinamarca.

Por lo demás, todo en orden. He vuelto a estar ausente por aquí más de lo que me gustaría porque no paro quieto.

En un alarde de folla sin precedentes, logramos viajar a Bilbao en avión en "el puente de los controladores", un nombre mucho más mediático que el de la Constitución o la Inmaculada, que lo dice uno sin pensarlo. De esto que sacas los billetes para volar el domingo, llamas a Iberia para adelantarlos porque le cambian la guardia a tu mujer, pero como te cobran la intemerata por las tasas o yo qué sé qué, piensas que da igual, y acabas volando el día previsto como si no hubiera pasado nada. Y madre mía la que se montó.

El tema controladores es muy de este blog, y César Cobo -lo más cercano a Jude Law que tenemos por aquí-, muy mal lo tiene que hacer para no sacar provecho a su elegancia verbal, a ese sacar de quicio al personal y caerle bien a la vez a la gente que tanto valoramos en este país.

Pero vamos, lo que está claro, es que si nos fallan los ídolos y nos vacilan los controladores, es momento para darse cuenta de que debemos tirar de nosotros mismos porque ya no te puedes fiar ni de Rodríguez Menéndez.

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