Tuesday, August 22, 2006

 

scotland loser project: la crónica


Lo bueno de posicionar un viaje como loser es que vale todo, y si sale algo mál, dices que es un viaje loser, lo vas encajando y todo arreglado.

Llegamos a Londres después de un bus Madrid-Valladolid y de un avión Valladolid-Stansted y de un bus Stansted-Londres y de un metro Liverpool Street-King Cross.Pues eso, que vale todo.


Primera noche muy correcta en Londres, guiados por Elio y Ruth que nos llevaron a un par de sitios bastante currados, con la frase “Vamos a otro sitio que igual no volvemos a salir por Londres” como bandera. Una pena que un país tan avanzado no ponga bien las copas a estas alturas, pero es lo que hay.


Al siguiente día nos hicimos con nuestra Peugeot 807, que ha soportado como una campeona la kilometrada que le hemos metido. Primer trayecto: Londres-Manchester, que teníamos ganas de ver una ciudad así. Bien Manchester. Dimos la típica vuelta tonta para situarnos y por la noche, cuando ya estábamos en la cama, alguien dijo, “Vamos a salir, que lo mismo no volvemos a salir por Manchester”, y eso, muy a gusto por ahí, tres garitos carentes de criterio pero más que correctos.


Una ventaja de viajar con amigos es que te puedes tirar una hora por Manchester preguntando por el campo del Manchester United y acabar llegando al del Manchester City sin que la cosa pase a mayores, porque eso se lo haces a una tía y ahí se acaba el viaje. Pero así fue. Menos mal que nos quitamos la espina y pasamos por Old Trafford...

Al tercer día ya nos adentramos en Escocia. Primera parada: Stirling, en el sur de Escocia, un pueblo Lego bastante bonito con cárcel, castillo y cementerio. Aquí parece que se las vio William Wallace con los ingleses defendiendo sus parcelas (vease “Braveheart” para ampliar info).

Y a partir de ahí, Escocia para arriba. Optamos por la ruta Oeste porque parece que es la más bonita –y no empecemos con, ah, o sea que no fuisteis a Donskith?. No, no pasamos por Donskith-. Fuimos por una ruta que nos llevó por Killin, Pitlochry, Aviemore e Invernes, hasta llegar a un pueblo in the middle of nothing llamado Gairlock donde empecé a cancelar mi deuda con los scouts. Había una plaga de mosquitos totalmente insoportable, fue increíble, una mezcla de descojono y terror.

Salimos escopeteados al día siguiente, tras una cena ibérica donde las haya y seguimos hacia el norte, pasando por la isla de Skye, que la recordaremos básicamente por una agresión semi-violenta de una señora de 70 años al bueno de Gorka por poner el logo de nuestro viaje en una señal e intentar sacar una foto. Ya es mala suerte, tú, que la única persona que vimos en hora y media nos quiera pegar, pero estas cosas a veces pasan. Yo creo que se pensó que éramos independentistas skyanos o algo así, porque la cosa estuvo a punto de irse de las manos. El marido ya estaba abriendo el capó, a punto de sacar la recortada. Pero vamos, que muy mítico porque nos salvó el día, que no habíamos andado muy afinados.


Por el medio, paisajes preciosos a tutiplén. Yo tengo claro que soy más de cemento, pero hay que rendirse a los encantos de la naturaleza. Eso sí, también te digo que Dios debió hacer Escocia el sábado por la mañana y tiró de Comando C+Comando V, pero le quedó muy bonita.
Esa noche dormimos en Achininberg, en un hostel que estaba a media milla de la civilización, por un camino de cabras, con una linterna y los móviles apuntando al suelo, no os digo más. “Esto ni son vacaciones ni son nada”, Mike dixit. Pero eso, que bien (!).

El día siguiente fue mi favorito. Desayunamos en Ullapool, un pueblo pesquero, lluvioso con encanto, vamos, que hace la Coixet una peli allí y le dan un par de goyas de antemano. De ahí tiramos a Durrness, al norte del todo, donde nos echamos una inolvidable pachanga de fútbol en una playa espectacular, absolutamente solos, en el que fue, sin duda, el momento más grande del viaje. Si la felicidad de seis chavales al borde de la treintena consiste en jugar al fútbol en una playa, bienvenida sea.


Y de ahí, rumbo a Glasgow. Nos habían hablado muy mal de Glasgow, incluso un vecino ilustrado de Zumaia que nos encontramos por ahí: “A Glasgow no vayáis que no merece la pena, bueno, yo no he estado, pero por lo que me han dicho…”.Acabáramos. A mí estos enterados me ponen malos.A Glasgow. Glasgow mola como todo lo demás, no va a molar… No estoy muy puesto en el pop local, pero parece que el ratio de grupos de nivel que hay por ahí es superior a la media, lo cual siempre anima a mis compañeros de viaje. Ciudad rollo industrial, ferroviaria, lluvia...me quedo con la imagen de las gaviotas volando bajo por las calles a las 3 de la mañana.


Al día siguiente, Luisbe y yo nos fuimos para Edimburgo.No le dedicamos el tiempo que merece, porque estuvo medio lloviendo todo el día y no la acabamos de disfrutar. Hay que volver, demasiado bonita para el rato que estuvimos.

Y así ha sido esto, más o menos. Ha sido un viaje cojonudo, yo creo que nos han faltado un par de días para clavarlo, pero a priori era difícil saberlo. En otro momento más despejado contaré cómo se pierde el avión de vuelta en Stansted y se acaba en Luton cogiendo otro, que todavía no estoy de humor. Scotland Loser Project. Muy bien chavales, ha estado muy bien.

Comments:
Lo de Edimburgo, pecado.
 
Esa pachanga, cagüenmimanto.
Faltaba yo.

Quiero ver las fotos. Qué envidia, argggggg
 
Qué crónica tan jugosa. Hay mucho donde hincar el diente, por ejemplo en esa escena de intrépidos exploradores que se alumbran con los móviles a 800 metros de la civilización. Ole.

Si eres capaz de encontrar un libro llamado "Tres hombres en una barca", de Jerome K. Jerome -peazo de nombre-, léetelo sin dudarlo. La aventura de tres jovenzuelos aristócratas que deciden navegar el Támesis. Muy divertido, te gustaría.

Me quedo con los nombres de los pueblos. ¿Llamaron a Chiquito de la Calzada para que los pusiera él?
¡Pitlochry, Killin, Aviemore!
 
Sólo te ha faltado contar que a mi me pegaron unos hooligans en Manchester a las tres de la mañana.
Y por cierto creo que ya están en marcha las camisetas con la leyenda que relanzó el tramo final del viaje: "QUE LE DEN POR CULO A EDIMBURGO".
 
por ciero chicos, no lo dije allí porque me parecía muy ñoño... pero ha sido de los mejores viajes de mi vida. (Y alguno he hecho) Gracias.
 
Escocia es un lugar espectacular. Es una lástima que no hayas disfrutado de su capital, pero como has dicho, tienes que volver... Te recomiendo que lo hagas en Agosto durante el festival o durante el gélido invierno, cuando casi no hay turistas...
 
Gratísimo viaje. Las pachangas, de lo mejor del viaje, correctísimo. Estuve a punto de asesinarte un par de veces en el viaje, supongo que tú a mí también.

Scotland!
 
me lo creo,las pachangas lo mejor!
como sois...los chicos!
pensaba yo...estan durante el festival a ver que cuentan...
bueno,no importa estupendo viaje!
 
He formado parte de la gira y me quedo con:

- La producción de un galáctico, Rubens.
- Los conductores, sublimes!
- La noche en Glasgow y una de sus tiendas de música.
- El mar al norte del norte>> Highlands!
- Londres (Ruth y Elio) y Manchester.
 
Venga, por favor. Esta crónica es superlight. ¿Qué pasa, que se han dejado los detalles más loserjugosos para contarlos en exclusiva en Dolce Vita?
 
Post a Comment

<< Home

This page is powered by Blogger. Isn't yours?