Sunday, July 01, 2007
no sin mis titos

Siempre las hago igual de mal y siempre cometo el mismo fallo. Primero me llevo los objetos susceptibles de deterioro y los traslado como si aquello fuera el ADN de la Sharapova; luego voy al tema ropa y cuando creo que ya está todo, surge lo que el otro día mi amigo y colaborador en
Usada en contexto: “Es que tienes la casa llena de titos”.
Y es verdad, los “titos” son aquellas pequeñas cosas que cantaría Joan Manuel que, por su carácter individual, independiente, irreempazable, irrepetible y difícilmente encontrable, no sabes dónde cojones ponerlos hasta que se acaban haciendo fuertes en las baldas, cada vez pesan más, cada vez son más frágiles, cada vez te cuesta más tirarlos a la basura y cada vez estorban más en la nueva cosa.
Pero son tus titos, tío, tus hitos vitales, tus recuerdos…un respeto.
Así, me he pasado una semana escuchando frases como:
¿Nos vamos a llevar el Toblerone de 4 kilos?
¿Nos vamos a llevar el peluche de ET?
¿Nos vamos a llevar las baldosas de Bilbao?
¿Nos vamos a llevar la imprenta absurdísima que compraste en Muji?
¿El Santo Domingo de la Calzada en miniatura?
¿La botella de Coca Cola diseñada por Jonathan Saunders?
¿Los muñecos rusos del Athletic?
¿La silla de cartón?
¿La vela del 4 gigante?
Pues sí, cariño, nos lo vamos a llevar todo.
Porque son mis putos titos.
El Santo Domingo de la Calzada que no se pierda!
aunque si haces memoria te puedes dar cuenta de que tambien ellos se renuevan. o aún paseas por el mundo aquella coleccion de gorras expuestas con un cachondo sistema de hilos?
ya que parece que la doctora
ha dicho NO a la vaca, deberias plantearte que, en un par de dias, eres capaz de llenar la casa nueva de titos NUEVOS!!!
renovarse o morir!
...ya tiene sus dos metros cuadrados correspondientes!!!
con l ode las gorras me has matado...pero alguna queda, eh?, alguna queda...
Aunque mi madre, en la última mudanza teledirigida desde Madrid, terminó refiriéndose a ellos como PORQUERÍAS.
Qué pena, con la de años que vivió en Bilbao.
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