Tuesday, March 04, 2008

 

madrid


Ando espeso en posts últimamente, y justo esta mañana estaba empezando a escribir uno sobre lo bien que me viene irme tres días a Bilbao después de pasar una temporadita en Madrid.

Cada vez asumo más que vivo en Madrid únicamente por motivos y motivaciones profesionales, lo cual no es fácil de asumir, por lo que procuro no pensarlo mucho. Tengo la suerte de tener buenos amigos en Madrid, a los cuales apenas veo, más por falta de tiempo que de voluntad, y ya me empieza a cansar un poco todo eso.
Puede que pase demasiado tiempo en el trabajo, pero creo que no más que el resto, vivo cerca del trabajo y tampoco pierdo mucho tiempo en eso, pero sí es verdad que a veces cuesta moverse...

Este finde he estado en Bilbao y he aprovechado para hacerme el check list completo de tiendas, librerías, calles, palmeras de chocolate y demás cosas que nos dan la vida. La ciudad está que se sale, el cambio que ha vivido en los últimos años es espectacular y cada vez me gusta más, si es que eso es posible. Las vueltas a Madrid son siempre duras, y si son en bus, como este finde, ya ni os cuento.

El caso es que hoy ha caído en mis manos -vía Elvis- un artículo de Eduardo Verdú -hijo de su padre- en El País, que define perfectamente las sensaciones que tengo al vivir en Madrid, la incapacidad de creer que puedo vivir en una ciudad más pequeña, las cuatro páginas de cartelera en el periódico, que me provocan esa extraña sensación no diagnosticada a medio camino entre la ansiedad y la tranquilidad.

Dice que después de estar 4 días fuera, ensoñamos Madrid como un oceáno, como una ciudad que sofocante como estamos dentro, pero que a la vez nos proporciona una serie de comodidades a las que nos es difícil renunciar.

Me ha encantado el artículo porque habla de las visitas a la FNAC -que ya hay en todas partes, pero...no es lo mismo-, de los cines de la Plaza de los Cubos, de la calle Fuencarral.

Muchas veces pienso que de lunes a viernes, me da lo mismo Madrid que Valladolid, pero reconozco que en el tiempo libre, cada vez menor, la capital nos sigue fascinando.

A ver hasta cuándo.






Comments:
Esta es la mía.
Viví en Madrid y ahora lo hago cerca de Bilbao. Añoro Madrid, pero tengo muy claro q el coste por vivir en ella es, muchas veces, demasiado alto.
Me vuelve loco el centro de Madrid y no por las tiendas, sino por su gente y calles.
La calidad de vida (si es que existe) está lejos de la capital.
Bilbao vive un excelente momento, sin lugar a dudas. Sólo hace falta no creérselo mucho y seguir currando.
Lo ideal para mi sería una temporada en cada sitio.

Vitoria es la gran tapada.
 
100% de acuerdo con verdú -gracias por ponerlo sr.renedo-
nos pasa siempre cuando somos de una ciudad mas pequeña a la que adoramos -sobre todo si es bilbao-
por ahora necesito para vivir una
ciudad como barcelona.
por ahora...
 
Inabarcable post, CHARLY!

Soy de Madrid en un 33%, en un bonito 33% que baja al 12,13% cuando llevo más de un mes sin ir, y que vuelve a ese 33% cuando vuelvo, minuto uno.

Pero es que Murcia, lo que es para vivir, es un escándalo. Calidad de vida es como decir mierdaseca, aquí se vive como en el paraíso. Vitoria es la gran tapada, si, pero acho, lo del hielo lo llevaría muy mal. Aunque vivir cerca del Señor Ibiricu ya vale por dos ciudades.

De Madrid, sobre todo, me gusta salir de las bocas de metro.
 
Acertadísimos Verdú y el adversario. Sobre todo, cuando escribe Verdú sobre quienes viven en los barrios modernos de la periferia. Yo viviría encantado en el centro -con todos sus males-, pero para vivir a las afueras y tragarme atascos diarios en alguna "M", me voy a un Bilbao, lo tengo claro.

Con todo, cuando uno lleva unos años fuera de España, ve la posibilidad de irse a trabajar a Madrid como un volver a casa, a lo conocido y abarcable. Ahí la paradoja.
 
"A ver hasta cuándo"

Hasta que tengas churumbeles, adversario.
 
Acabo de llegar de Madrid y... con la estupenda cena que nos dimos ayer es con lo que me quedo. Sabes que no soporto esa terrible ciudad más de 48 horas. Menos mal que siempre me buscas un plan arternativo que... me deja buen sabor de boca. Eso sí, mañana domingo a la catedral.
Jontxu
 
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