Friday, August 01, 2008

 

santo domingo de la calzada


Escribo estas líneas desde Santo Domingo de la Calzada, La Rioja, donde cantó la gallina después de asada.

Busquen en google, busquen. La historia mola.

Santo Domingo es mi pueblo. Muchos veranos, muchas historias. Pueblo con duende. Necesitaba pisar sus calles nuevamente, hacía tiempo que no venía y me apetecía pasar por aquí, aunque al final sólo he estado unas horas. Suficientes.

Hoy he venido porque es San Ignacio, que es el patrón de la urbanización de mi cuadrilla de amigos de aquí,y había verbena con el grupo "Los Cachis". Así que me he cogido el viernes libre y un precioso tren Madrid-Miranda de Ebro y en apenas 3 horas he pasado de la urbe al campo, de los 42º a los 27º, del VIPS a la Cervecería Trueno. Maravilloso todo. Ha merecido la pena.

Lo primero que he hecho ha sido ir a visitar a la abuela y a la tía Tere. Creo que ninguna de las dos se ha enterado, pero no importa. La abuela Julita es una institución en el pueblo, diciendo que soy nieto del maestro y de Julita la modista, el resto es pan comido. La abuela cumplirá 91 años dentro de 15 días y le fallan la memoria y las piernas, pero no pasa nada, ya estamos los demás para recordarle lo importante. He estado con ella media hora y le he cogido de la mano y le he contado mi vida en titulares; soy consciente de que no se ha enterado de mucho pero me ha sonreído varias veces y me ha dicho que le hacía mucha ilusión verme mientras miraba distraída a Lorenzo Milá. Supongo que no me habrá distinguido de cualquiera de sus 11 nietos, pero da lo mismo, yo me he ido feliz.

También he visto a su hermana, la tía Tere, que es mi madrina y lleva más de 10 años con Alzheimer. Me he acordado de cuando vivía en Roma y nos traía los banderines del Inter y de la Juventus, las camisetas de fútbol y la revista Guerin Sportivo. Ahora está ahí, postrada, y es muy duro verla. Se te pasan muchas cosas por la cabeza, pero obviamente, sólo puedes pensar en la fortuna que tiene de estar bien atendida y de la paciencia de las que lo hacen posible.

Después me he reencontrado con los amigos del verano y eso siempre supone una inyección de moral. Es necesario. Da igual que no te veas mucho durante el año. Apareces, te das un abrazo y el contador se pone a cero. Nos hemos reído de las mismas payasadas de siempre, acordándonos de las anécdotas que definen a una cuadrilla y de esas chorradas inentendibles para el resto pero que te hacen llorar de la risa. Me he echado 4 risas impagables y me he vuelto a casa pensando en esa mezcla de sensaciones que me han pasado en menos de 5 horas en este bendito pueblo.

That's life.
(That's what all the people say)

Comments:
Gran visita. Qué bueno tener esos campos base en la vida.

Yo sólo he pasado dos o tres veces por Santo Domingo. En una de ellas dormí en el apartamento de V., en vuestra urbanización de San Ignacio ("ah, la de los vascos", decía la gente del pueblo cuando pregunté dónde quedaba). Llegué en bici desde Soria, tan rebozado de barro que tuve que lubricar la cadena con aceite de girasol, lo único útil que encontré en el apartamento. A lo que iba: sólo he estado un par de veces, y nunca en vuestros veraneos adolescentes, pero casi juraría que estuve allí con vosotros aquel verano en que apareció la ya desarrollada y deslumbrante L. con su traje de baño rojo.

Tirurí, cantó la gallina.
 
Te faltaba este post, amigo.
Qué voy a decir yo de ese bendito pueblo si soy admirador a tope.
El Complejo de San Ignacio, donde nos conocimos algunos de nosotros.

Mis amigos del verano pasaron hace años a ser mis amigos. Mi familia riojana. Ayer no estuve allí en cuerpo, sí en alma.
 
los trajes de baño de L. debieran formar parte ya del patrimonio de la Fundación Complejo.

Sabes bien que el jueves se habló de ella, en plena ensoñación.
 
- Yo veraneo en Baden-Baden, ¿y tú?
- ...

(Igual es el tercer chiste que escuché en mi vida).
 
Olite-Olite

De pequeño no entendía que alguien de Bilbao pudiera ir de vacaciones a un pueblo de La Rioja, o uno de Donosti a un pueblo de la Ribera Navarra si no era para ver a la abuela.
Y eso que aún no había Fnac...
 
Y uno de Gijón a Valencia de Don Juan... yo lo sigo sin entender, la verdad.
 
Yo estuve de pequeño, con mis padres, que como son unos tipos inteligentes me llevaron por toda España cuando era chaval, intuyendo que su hijo sería un zoquete que sólo se movilizaría por temas futbolísticos.

Lo de Santo Domingo de la Calzada donde cantó la gallina después de asada es tan bueno como este post.
 
no hay mejores historias
que las pequeñas historias
me emocionaste.
 
joder Carlos, cuando he abierto y me he encontrado la estampa del santo.... me he puesto hasta nervioso.
jon
 
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